HECHOS:
El interesado contrata los servicios de un abogado para
recurrir el despido disciplinario de la empresa en la que había trabajado desde
noviembre de 1996, por transgresión de la buena fe contractual.
La demanda es desestimada por caducidad al haber sido
presentada fuera de plazo.
El perjudicado reclama contra su letrado en reclamación de daños
y perjuicios derivados de su negligencia profesional por importe de 195.098,72 euros.
El juzgado estima parcialmente la demanda y condena al
abogado abonar la suma de 12.000 euros,
más el interés legal. La sentencia fue confirmada por la Audiencia.
El Tribunal Supremo, sentencia de 13 de julio de2017, estima
el recurso extraordinario por infracción procesal por incongruencia y falta de
motivación de la sentencia recurrida y anula la sentencia recurrida y repone
las actuaciones de segunda instancia al momento inmediatamente anterior a
dictar la sentencia objeto de este recurso, para que, con absoluta prioridad y remisión de los autos y rollo de apelación a
la citada sección de la Audiencia Provincial de Madrid, proceda a dictar una nueva
sentencia debidamente fundamentada, fáctica y jurídicamente, en cuanto a la
pretensión indemnizatoria suscitada, teniendo en cuenta lo que haya sido
resuelto con carácter firme.
Considera el Supremo que se desconoce cuál es el camino que
se ha seguido en ambas instancias para llegar a entender que con la imposición de
una cantidad a tanto alzado de 12.000 euros quedaba resarcida la acción de
daños y perjuicios por negligencia profesional ejercitada contra el demandado,
necesario para conocerlo y discutirlo en caso de no ser ajustado a derecho.
La motivación contenida en la sentencia no expresa ni razona
de forma clara cuáles son las circunstancias por las que fija a tanto alzado
una determinada cantidad, y no otra, ni en que concepto se le indemniza, con una
motivación indudablemente ambigua en la que se mezcla el daño moral, el
patrimonial y la pérdida de oportunidad para confirmar la sentencia del
juzgado, que parece acudir al criterio de pérdida de oportunidad para
indemnizar los daños y perjuicios «por cumplimiento defectuoso del contrato» en
12.000 euros, sin precisar que oportunidades se perdieron para cuantificar de
esa forma y no de otra el daño resultante de la negligencia profesional, y sin
hacer lo que corresponde en estos caso, como con reiteración ha declarado esta
sala, esto es un cálculo de prosperabilidad de la acción frustrada por la
negligencia del letrado; todo ello después de haber estimado la existencia de
negligencia, el daño y la relación de causalidad entre uno y otro, lo que
impide a esta sala dar una repuesta adecuada al recurso.
La motivación cumple una doble finalidad: la de exteriorizar
el fundamento de la decisión adoptada, haciendo explícito que responde a una
determinada interpretación del derecho, y la de permitir su eventual control jurisdiccional
mediante el efectivo ejercicio de los recursos, evitar que el derecho a la tutela
judicial efectiva sufra una. Nada de esto ha sido observado en la sentencia
recurrida.
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