HECHOS:
El arrendador de una vivienda solicita y obtiene sentencia que
acuerda tener por extinguido por expiración del plazo y con efectos del 2 de
enero de 2022 el contrato de arrendamiento de vivienda, declara haber lugar al
desahucio y condena al demandado a dejar la vivienda libre y expedita y a
disposición del actor.
El inquilino apela la sentencia invocando error por cuanto,
iniciada la relación arrendaticia en mayo de 1996 -tal y como reconoce
la sentencia-, no ha existido novación modificativa. Afirma que se debe aplicar
un criterio de interpretación restrictivo en relación con la supuesta novación
de contratos de arrendamientos urbanos cuando tal novación implique una pérdida
de los derechos adquiridos por el arrendatario, como sucede en el presente
caso.
La Audiencia Provincial de Albacete, sentencia de cinco de
junio de dos mil veintitrés, desestima la apelación y confirma la sentencia de
instancia.
Para esta resolución, han de tenerse en cuenta las
siguientes circunstancias:
A) Resulta acreditado que el demandado ha estado empadronado
en la vivienda arrendada desde el 1 de mayo de 1996, tal y como se desprende
del volante de empadronamiento individual histórico aportado, por lo que
podemos pensar que, desde dicha fecha, el inquilino ha ocupado el inmueble.
B) Aunque el demandado hubiera ocupado el inmueble desde
1996 a 2017 en calidad de arrendatario -tal y como afirma la parte demandada-
no existe prueba alguna de las condiciones que regían la relación arrendaticia
que vinculaba a las partes, tales como plazo, renta, etc.; prueba cuya carga
corresponde a la parte demandada que invoca su existencia. Por tanto, no puede
hablarse de novación modificativa de un contrato anterior.
C) Por último, aun en el caso de que hubiera existido dicho
contrato verbal (hecho que no afirmamos), el mismo quedó claramente sustituido
por el suscrito por las partes en fecha de 2 de enero de 2017 ya que en éste se
indica expresamente que el arrendamiento comienza el día 2 de enero de 2017
(estipulación segunda), estableciendo los derechos y obligaciones que integran
su contenido desde dicho momento, sin que el demandado haya invocado la
existencia de vicio alguno que pueda invalidar el consentimiento que supone la
rúbrica por el mismo de todas sus estipulaciones.
En definitiva, el contrato que rige entre las partes es del
suscrito en fecha de 2 de enero de 2017, sin que pueda hablarse de novación
modificativa o extintiva de un contrato anterior ya que éste no resulta probado
y, por tanto, no resulta probada su novación.
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